La Asociación nacional para la exigencia de cumplimiento de las obligaciones legales (Anecol) interpuso una demanda contra los dueños de la discoteca Kiss, los miembros de la banda que lanzó la bengala que al parecer desató la tragedia y la ciudad universitaria de Santa María (sur de Brasil), donde está ubicado el centro nocturno.
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La demanda prevé el pago de 3 millones de reales (1,5 millones de dólares) a cada familia de los fallecidos y una indemnización de 300.000 reales (150.000 dólares) para cada uno de los heridos, que alcanza el centenar, según el abogado Walter Martins.
La acción legal incluye a la ciudad de Santa María porque “existe una ley que declara competente a la alcaldía de controlar el sistema de prevención de incendios, y por eso entendemos que el municipio es responsable y tiene el dinero para garantizar el pago a las víctimas”, dijo Martins a la prensa.
La Asociación interpuso por su cuenta la demanda ante la justicia de Santa María y ofreció ayuda a los familiares para iniciar otras acciones legales.
Además de la presunta responsabilidad de la alcaldía local, el abogado señaló a la banda de músicos como presuntos responsables de la tragedia por activar fuegos artificiales en un lugar cerrado y contra los dueños de la discoteca “por haber permitido un número de clientes superior a la capacidad del local”.
La evidencia recabada por la Policía apunta a que la tragedia se debió a una serie de errores.
El sitio no tenía capacidad para albergar un número elevado de personas; la banda utilizó fuegos pirotécnicos inapropiados para un ambiente cerrado y la única salida del lugar no estaba bien señalizada. Además existen testimonios según los cuales un extintor no funcionó.
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Cuatro personas permanecen detenidas por el caso.
La tragedia se produjo en momentos en que Brasil está bajo la mirada del mundo por los preparativos de la Copa del Mundo de 2014 y los Juegos Olímpicos de 2016 en Rio de Janeiro.