Las investigaciones apuntan que “dejar de fumar a cualquier edad reduce dramáticamente las tasas de mortalidad”.
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Los documentos asentaron que las personas que dejan de fumar entre los 35 y los 44 años edad viven en promedio nueve años más que los fumadores, y que los que abandonan el tabaco entre los 45 y los 54, viven seis años adicionales.
Uno de los estudios concluyó además que tales diferencias entre fumadores y no fumadores se mantenían incluso tomando en cuenta variables como el nivel educativo, el uso de alcohol y la adiposidad.
Asimismo, “dentro del grupo de edad entre los 25 y los 79 años de edad, la mortalidad de los fumadores de ambos sexos era tres veces mayor que la de los participantes que nunca habían fumado”.
Las enfermedades atribuibles al tabaquismo representaron cerca de 60 por ciento de todas las muertes de los fumadores.
De acuerdo con Steven A. Schroeder, investigador que publicó un editorial para abordar los estudios publicados este jueves, indicó que se desprendían de estas investigaciones dos mensajes.
El primero era que “en términos de los beneficios para la salud, nunca era demasiado tarde para dejar” el tabaco. El segundo era que es preciso elevar la concienciación en torno a los peligros que representa fumar.
“Más mujeres mueren de cáncer de pulmón que de cáncer de seno”, expresó Schroeder, quien lamentó sin embargo que este padecimiento no tuviera un día especial en el año, un moño para alertar sobre su peligrosidad, o grupos que promovieran el tema.