Una madre de origen indio fue condenada el lunes por la justicia británica a cadena perpetua, de la que deberá cumplir como mínimo 17 años, por haber matado a golpes a su hijo de siete años porque no memorizaba versos del Corán en julio de 2010.
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Sara Ege, de 33 años, licenciada en matemáticas en India , fue hallada culpable de homicidio y de obstrucción a la justicia por un jurado popular en un tribunal de Cardiff (Gales) a principios de diciembre.
Al escuchar la sentencia, la mujer, que iba vestida de marrón y llevaba un velo a tono, se desmoronó tras haber seguido sollozando toda la vista.
El juez Wyn Williams argumentó su decisión señalando que no era la primera vez que pegaba a su hijo Yaseen, como se reveló durante el juicio.
“La violencia que usted cometió contra su hijo no se limitó a un día. Estoy convencido de que durante tres meses le golpeó regularmente, a menudo con una mano de mortero”, agregó el magistrado.
“Hay también una circunstancia agravante y es que usted trató de quemar el cuerpo de Yaseen. No hay duda de que le prendió fuego al cuerpo en un intento de evitar las consecuencias de lo que había hecho”, agregó.
La policía creyó inicialmente que el niño murió en un incendio en su casa familiar de Cardiff en julio de 2010, pero análisis posteriores mostraron que murió como consecuencia de lesiones internas antes de que se declarara el fuego.
Sara Ege fue detenida en las semanas que siguieron a la muerte de su hijo, y ha pasado los dos últimos años y medio internada en un hospital psiquiátrico.