La fundación encargada de proteger los restos del campo de concentración nazi de Amersfoort, en el centro de Holanda, renunció este martes a subastar cincuenta segmentos de la alambrada de espino que se utilizaba en el campo durante la Segunda Guerra Mundial.
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Los trozos de alambre, de diez a quince centímetros de largo cada uno, tenían que ser vendidos en el marco de una exposición de objetos encontrados durante exploraciones arqueológicas.
Entre 35 000 y 40 000 personas, de las cuales más de la mitad fueron luego deportadas al campo de concentración nazi de Buchenwald, pasaron por el campo de Amersfoort durante la Segunda Guerra Mundial.