La diferencia entre un empleado feliz y uno insatisfecho puede radicar en el tipo de comunicación existente en su trabajo. La principal causa de la infelicidad de un trabajador , por encima de una mala retribución, es la falta de retroalimentación con el jefe, según el Happiness at Work Index , estudio de la consultora inglesa Chiumento, especializada en gestión de talento.
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El estudio señala que si en la empresa no se fomenta un espíritu de inclusión y no se destina tiempo a hablar con el trabajador, el descontento y la baja de productividad se multiplican rápidamente.
Esa visión no es ajena a lo que observó Randstad , firma especializada en recursos humanos, en una reciente encuesta realizada en México . En ella, señalan que ocho de cada diez personas dijeron que ven en su jefe a la persona que truncó su crecimiento en algún momento. ‘Es que en México, y en general en Latinoamérica, aún se viven estilos de liderazgo arcaicos’, cita dicho análisis.
Randstad México informa que, en muchos casos, los jefes recorren un camino profesional lleno de retos, logros y fracasos, y cuando llegan a una posición de alto nivel jerárquico, olvidan que la productividad de los empleados está determinada por la relación que sostienen con su supervisor.
Agrega que hay jefes autoritarios, quienes en lugar de integrar un equipo, lo tiene bajo sus órdenes sin miramientos. También están los directivos narcisistas, dueños de una autoestima tan baja que prefieren tener un equipo mediocre para que nadie le haga sombra. Y están los jefes paranoicos, quienes fiscalizan todos los movimientos de sus empleados y no les dan la oportunidad de tomar decisiones y generar ideas.
Evita conflictos Para mejorar la relación con tus superiores, los expertos recomiendan: * Dile a tu jefe cómo te sientes y evita el tono de reclamo. * Si él considera que no haces bien tus tareas, elabora un informe semanal sobre tus actividades. * Si hace comentarios negativos sobre tu trabajo, muéstrale tus logros. * Separa las emociones, no te tomes nada personal. * Evalúa si el puesto que ocupas responde a tus metas profesionales, económicas y personales.