En Nueva York todavía hay que detener un taxi a la manera tradicional, levantando el brazo, puesto que la Comisión de Taxis y Limusinas de la ciudad rechazó esta semana una aplicación que podría realizar esta función y que ya está disponible en varias ciudades como París y Londres.
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Una compañía emergente llamada Uber está tratando de lanzar un servicio que permitiría a los neoyorquinos llamar a un taxi con sus teléfonos inteligentes, pero ésta fue rechazada esta semana por la Comisión de Taxis y Limusinas de la ciudad.
El regulador de la actividad afirmó en un comunicado que “no autoriza ninguna forma electrónica de llamar (a un taxi) o una aplicación para pagar” en la red de taxis de la ciudad.
La comisión dijo que había otros problemas con el plan de Uber, que tiene su propio sistema de precios y que es diferente de las tarifas por metro recorrido por el que se rigen los taxímetros de la ciudad.
“Un conductor no puede cobrar a un pasajero más que lo que marca el taxímetro por la carrera”, afirmó el comunicado.
“Si el conductor usa una aplicación para el pago que cobra más al pasajero que lo que marca el taxímetro, él es el responsable por el sobrecargo al pasajero”, continuó.
Travis Kalanick, director de Uber, reaccionó en Twitter sobre la prohibición afirmando que esta decisión dejará a “más neoyorquinos tirados en los barrios más del exterior y a más conductores sin poder ganar un sueldo decente”.
Uber lanzó su servicio en 15 ciudades estadounidenses, junto a Toronto y Vancouver en Canadá, además de Londres y Paris.
