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Mitos y verdades sobre el asma

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Por Marcos Chumpitaz

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Cuando respiramos, el aire entra y sale de los pulmones a través de las vías respiratorias. Pero para una persona con asma, este acto tan natural puede resultar a veces un suplicio.

Durante una crisis asmática, el cuerpo reacciona inflamando los bronquios y produciendo moco en exceso, lo que dificulta el paso del aire.

Esta inflamación se produce en respuesta a ciertos estímulos del ambiente, como los ácaros de polvo, la contaminación, la caspa de animales o las cucarachas. Incluso, puede empeorar cuando el paciente respira humo de tabaco o está resfriado.

‘Hay padres que se alarman cuando su hijo es diagnosticado con asma. Hay que hacerles entender que este mal puede ser controlado con medicamentos y el niño puede tener una vida normal. Lo más importante es definir bien el diagnóstico’, señala José Gereda, médico alergista e inmunólogo de la clínica Ricardo Palma.

Si quieres saber más sobre este asfixiante mal, aquí respondemos algunas preguntas claves:

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1. ¿El asma se cura? No, pero sí se controla. Con un diagnóstico y tratamiento adecuado, el paciente puede tener una buena calidad de vida como cualquier otra persona.

2. ¿Si sufro de ahogos quiere decir que tengo asma? No necesariamente. El ahogo es solo uno de los síntomas que puede presentarse, pero no siempre es el principal. Hoy se considera a la tos crónica como el síntoma principal a la hora de detectar el mal. Si un niño tose de forma continua por cuatro semanas, se despierta en las noches por este problema y no puede hacer ejercicios porque tose, es un candidato a tener asma.

3. ¿El asma es igual en todos? No. Hoy se sabe que el asma no es una entidad única, sino que puede variar de persona a persona y tener distintos orígenes y evoluciones. ‘Esto hace difícil su diagnóstico’, explica José Gereda. ‘El grado de certeza diagnóstica va a depender únicamente del médico y de los exámenes que se usen para sustentar ese diagnóstico’, señala.

4. ¿Qué tratamientos existen? Hay dos grupos: los de control, que se usan para prevenir un ataque y suelen tomarse a largo plazo. Aquí están los corticoides inhalados y el montelukast, que bloquea los agentes responsables de la inflamación. Y los de rescate, que se usan solo cuando se presenta una crisis. Aquí están los famosos inhaladores como el salbutamol o la orciprenalina.

Toma nota Lo que los padres deben hacer o evitar:

  1. No sientas pánico si tu hijo sufre una crisis. Tu reacción puede ponerlo más nervioso.
    * Infórmale todo acerca de la enfermedad, cómo controlarla y qué factores desencadenan una crisis. Ponlo por escrito en un sitio visible.
    * Ponte siempre en contacto con su médico para cualquier consulta o emergencia.

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