Un 35,6% de madres aún emplea los golpes como forma de castigo a la hora de educar a sus hijos, reveló la nueva Encuesta Demográfica y de Salud Familiar (Endes) 2011, presentada ayer por el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI).
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‘Muchas madres creen que un golpe en el momento correcto no trauma a nadie o es necesario, pero se engañan. Es una excusa inconsciente que se cuentan para sentirse mejor’, dijo a Publimetro la psicóloga Lucero Papa, del blog de familia Mamá de 2 Chancletas.
En opinión de Lucero Papa, el castigo físico puede cortar la conducta negativa de un menor en un plazo muy corto, pero trae consecuencias graves a futuro como un daño en la autoestima del niño.
Lo aconsejable en momentos de crisis, dice, es armarse de paciencia y esperar a que el berrinche pase, para que se pueda explicar luego las consecuencias. ‘Nadie puede hablar con un adulto que grita y menos con un niño’, dijo.
Entre las madres que admitieron usar golpes, no todas creen que su proceder fuera correcto. Solo un 18,2% de las consultadas declaró creer necesarios este tipo de correctivos, cifra 15,2% menor que la registrada el 2000.