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La discapacidad no es sinónimo de exclusión

7t5s3nb6jne4lkf6suzmm5dqmq.jpg publimetro.pe (KAREN ZARATE/PERU21)

Por Sabrina Rodríguez

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Cámaras secretas demasiado altas para una persona en sillas de ruedas y ninguna cédula en sistema Braille para la gente ciega (pese a imprimirse 11 mil) son algunas de las barreras que impiden a las personas discapacitadas ejercer plenamente su derecho a votar.

Y no son las únicas. Hasta antes de octubre del 2011, la gente con discapacidad mental e intelectual (es decir con Síndrome de Down, autismo y otros) no podía votar por carecer de DNI. Una decisión del Reniec logró reincorporar a más de 23 mil personas con esta discapacidad al padrón electoral, medida que asegura su plena participación dentro de la sociedad.

Estas son algunas de las conclusiones a las que llegó la ONG Human Rights Watch en su informe ‘Yo quiero ser una ciudadana como cualquier otra. Obstáculos para la participación política de personas con discapacidad en el Perú’, presentado ayer en un hotel de San Isidro.

Sin embargo, las cosas ya están cambiando, afirma Shantha Rau, especialista de Human Rights Watch. ‘Desde octubre del 2011, discapacitados mentales pueden solicitar su DNI e incluso escoger si quieren que aparezca el tipo de discapacidad que padecen’, dice a Publimetro.

No es lo único. Unas oficinas especiales han sido creadas para promover la vida política de este colectivo. ‘El problema es que solo el 30% de estos lugares están implementados en ocho regiones del país. Algunas carecen de personal y financiación’, indica Rau.

Para acabar con estas barreras, Human Rights Watch propone crear un sistema de asesoramiento y asistencia dirigido a este público. ‘Todos necesitamos ser aconsejados’, dice Rau.

Otro punto es la reforma del código civil ‘para reconocer que los discapacitados mentales pueden tomar decisiones y no deben delegarlas en nadie’, concluye la especialista.

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