Por Pierre Gutiérrez
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Doña Esperanza Rosas (69) sabe tejer desde que tiene uso de razón, pero no fue hasta el fallecimiento de su hija Patty cuando vio al oficio del crochet y los palillos como una forma de evitar la depresión y sobrellevar semejante pérdida.
Fue así como se le ocurrió que podía compartir sus conocimientos de tejido con otras personas que estuvieran pasando por un momento difícil, y de esa manera llevarles alegría y enseñarles un oficio con el que puedan hacer su propia empresa.
Tejiendo Perú nace a inicios del 2009 como un portal en el que los cibernautas pueden aprender a tejer todo tipo de prendas a través de diferentes técnicas.
El método de aprendizaje es simple. Mirar videos tutoriales en los que las talentosas manos de doña Esperanza son las protagonistas de la clase. A pesar de que ella va explicando lo que sus manos hacen en el video, la barrera del lenguaje se rompe por completo.
‘Muchos me entienden con tan solo ver mis manos, no importa que no hablen español. El lenguaje del tejido es universal. Así, tengo alumnos en Portugal, Australia, la India y hasta EE.UU.’, asegura.
Si bien tiene innumerables visitas todo el año, la demanda de las clases es mayor en épocas de fiestas como el Día de la Madre, Pascuas y Navidad. ‘Los alumnos me mandan mails con sus dudas y también me agradecen, es muy gratificante. Quiero que con el tejido las mujeres en todo el mundo puedan ayudarse a sí mismas en momentos difíciles, como lo hice yo’, concluye.
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Tienda Virtual Tejiendo Perú también tiene una tienda virtual en donde se pueden comprar accesorios para tejer en cualquiera de las técnicas que se enseñan. La tienda está asociada a Amazon.
