‘Háganse los animales’, dijo Dios, y creó las aves, el ganado y los peces. Pero en los tiempos que corren, la ciencia puede, literalmente, crear carne en sus laboratorios, dice Fu-hung Hsieh, profesor de Ingeniería Biológica de la Universidad de Missouri (EE.UU.).
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‘Yo hice el pollo’, bromea Hsieh, y es cierto. Este investigador y su equipo lograron dar origen a carne de pollo de la nada: un filete con un aspecto verdaderamente apetecible y de idéntico sabor al del ave real.
A principios de este año, un investigador holandés creó la primera hamburguesa comestible. ‘Hemos hecho grandes avances para crear carne de laboratorio, pero el resultado no es algo que ya se pueda comer en estos momentos’, dice Daisy van der Schaft, una ingeniera biomédica de la Universidad de Eindhoven, en Holanda. ‘Parte del problema es que el gel que une las células contiene material derivado de tumores de ratas’, dice.
Si las investigaciones avanzan, los supermercados podrían vender carne de laboratorio en los próximos años. ‘Estamos trabajando con diseñadores industriales para definir qué aspecto tendría nuestra carne artificial’, explica van der Schaft. ‘Quién lo comprará, dependerá de cómo lo vendamos. ¿Será un producto para todos o solo para gente sana?’, se pregunta la experta. Aún faltan respuestas.