“Por esa masacre, por las aberrantes violaciones de los derechos humanos y por los abusos perpetrados, en nombre del Estado salvadoreño pido perdón a las familias de las víctimas”, exclamó entre lágrimas el presidente de El Salvador, Mauricio Funes, por la masacre de 1.000 campesinos, 450 de ellos niños, cometida por el Ejército en 1981 en El Mozote y aldeas aledañas, 200 km al noreste de la capital.
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“Estoy aquí para reconocer la verdad y profundizar el camino de la justicia y la paz. (…) Hace poco más de 30 años se consumó una desmesura criminal que se pretendió negar y ocultar sistemáticamente”, expresó el gobernante, quien es el primer presidente de izquierda en la historia de El Salvador.
Con el emotivo acto simbólico, que guardó un minuto de silencio, el mandatario presidió la conmemoración del 20 aniversario de la firma de los acuerdos que el 16 de enero de 1992 pusieron fin a una cruenta guerra civil que desangró a El Salvador por doce años y dejó 75.000 muertos.
La matanza fue perpetrada entre el 11 y 13 de diciembre de 1981 por tropas del ahora proscrito Batallón Atlacatl del Ejército, que arremetieron contra los pobladores, acusándoles de colaborar con la guerrilla izquierdista.
En ese sentido, Funes precisó que en las próximas semanas se iniciará un censo para definir el número exacto de las víctimas. Desde 1991, con la ayuda de forenses de Argentina, expertos de Tutela Legal han recuperado unas 300 osamentas.