En la difícil tarea de dejar de fumar, el miedo cumple un papel muy importante. Más allá del sacrificio que implica no volver a sentir el gusto de la nicotina en el paladar, lo que en verdad aterra al fumador es que al dejar el vicio sienta que ya no podrá disfrutar de su vida a plenitud.
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‘El cigarro es una compañía para el fumador, por tanto dejarlo es difícil. Si uno trabaja en ese punto, puede iniciar el gran cambio’, asegura Luis Loranca, del Centro Especializado para Dejar de Fumar, que aplica el método Allen Carr’s Easyway, un sistema que dice haber curado a 450 mil fumadores en el mundo, sin la ayuda de pastillas o parches.
‘Aquí lo que hacemos es demostrarle al paciente que todo lo que él cree que recibe del cigarro es un mito. Cuando eso sucede, el deseo de fumar se pierde’.
El método, que se nutre del coaching y la hipnosis, requiere de una sesión de 6 horas para remover las ganas de fumar. Sus pacientes señalan que tiene una eficacia ‘casi milagrosa’.
Si lo de Allen Carr’s no te convence, aquí te ofrecemos otras alternativas ya disponibles en el mercado. Recomendamos consultar a un médico antes de elegir uno.
1. VARENICLINA Es un medicamento oral que ayuda a controlar el deseo de fumar. Actúa en el cerebro disminuyendo los efectos físicos de la nicotina.
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2. PARCHE DE NICOTINA Suministra dosis bajas de nicotina, pero sin las toxinas del humo. Un estudio reciente señala que no ayuda a dejar de fumar en el largo plazo.
3. CIGARRO ELÉCTRICO Es casi igual que fumar un cigarro apagado. Se inhala vapor de nicotina en lugar de tabaco quemado. Los expertos aún dudan de su eficacia.
4. CHICLES Su fin es administrar nicotina por una vía distinta a la del cigarro. Es fácil de usar y más cómodo que otros métodos. Al igual que el parche, tiene todavía sus limitaciones.
5. TERAPIA LÁSER Se aplica en algunas zonas nerviosas del cuerpo, bloqueando la sensación de fumar. Los investigadores aún son cautelosos sobre sus resultados.