Con la finalidad de darle un respiro a las grandes ciudades en el año 2000 se estableció en Europa el Día sin Automóvil, una iniciativa que, además de su carácter ambientalista, en urbes como Lima ayuda también a aligerar el caótico tránsito por las calles.
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La propuesta se centra en incentivar el uso de transportes eficientes y sustentables; en las grandes ciudades -lo sabemos los limeños- uno tiene la sensación de que no cabe un vehículo más y de que la congestión es eterna.
‘El uso de bicicletas optimiza el espacio vial. En hora punta, imagina cuánto nos beneficiaría movilizarnos en ellas’, explica Marlon Rodríguez, integrante del proyecto Transporte no Motorizado de la Municipalidad de Lima.
El año pasado, en el Día Mundial sin Automóvil diversos colectivos organizaron una caravana hacia el Congreso para exigir que se apruebe la Ley del Ciclista.
‘Buscamos que se proteja al ciclista urbano y que se creen estacionamientos para bicicletas en edificios públicos’, añade Rodríguez.